Dadas diversas
circunstancias pasadas y actuales, tenemos la historia del Siglo XX
como un antes y después para la humanidad, ya que el Siglo XX estuvo
marcado por cuestiones como la Revolución de Octubre, la Primera
Guerra Mundial, la caída del Imperio Otomano, la crisis del 29, el
surgimiento del fascismo, la Segunda Guerra Mundial… vamos, que el
Siglo XX en cuánto a geopolítica, ha sido uno de los más movidos y
agitados de la historia.
Y tal cómo se menciona
en el párrafo anterior tenemos dos ideologías políticas que
tuvieron su nacimiento, desarrollo y consolidación en el Siglo XX:
el fascismo, y el socialismo. Los cuales han derramado ríos de tinta
(o bytes), a veces a favor, a veces en contra; pero de que han dado
de qué hablar, eso no tiene lugar a dudas.
Desde la derrota de los
bloques más representativos de ambas ideologías, tenemos que nadie
quiere ser fascista. Por un lado, la izquierda, dice que la derecha
tiene orígenes fascistas, vínculos con el Partido Nacional
Socialista Alemán y demás. Y por otro lado, la derecha afirma que,
la izquierda tiene más de nazi, especialmente por el nombre:
“Nacional Socialista”. Por lo que, nos salen algunas preguntas:
- ¿Es el socialismo y el fascismo lo mismo?
- ¿Es el capitalismo verdaderamente más cercano al fascismo?
- ¿En qué se diferencían el fascismo y el socialismo?
- ¿Tienen todo en común?
Y esas son las preguntas
que intentaremos resolver en esta entrada. Intentaremos explicar lo
mejor posible cada ideología y trataremos de aclarar ciertas dudas.
Comparando ideas
Pues bien, para poder
hacer una comparación, creo que lo justo sería comenzar por
describir cada una de las ideas que deseamos comparar para poder
responder a las dudas comunes que tenemos sobre el socialismo y el
fascismo. Empecemos con el ya muy conocido, socialismo.
Socialismo
El socialismo es un tema
ya muy tratado en muchos lados, y nuestra intención no es escribir
algo que ya ha sido escrito. Sin embargo, es necesario mencionar
algunos conceptos claves para los fines que nos ocupan en esta
entrada.
Pues bien, el socialismo
es una idea que se populariza con las ideas de Marx y de Engels, y
son éstas las que establecen un marco para doctrinas posteriores
como el socialismo de la URSS, Corea, China, la socialdemocracia
escandinava y otras más; las cuales aunque tienen diferencias entre
ellas, siguen siendo la lucha de clases y la colectivización de los
medios de producción. Eso, en lo económico.
En lo social, el
socialismo aboga por que el gobierno sea el encargado de garantizar
cuestiones como la salud, el cuidado de los hijos, cuidados
especiales, educación y demás. Eso sí, siempre recordando que
tienen educación, salud, y todo gracias al gobierno en turno; esa es
la razón de por qué a día de hoy entre los socialistas, sigue
habiendo culto a la personalidad, tenemos los ejemplos de Lennin,
Stalin, Castro, Chávez, y demás personajes socialistas.
Fascismo
El fascismo por otra
parte es una ideología generalmente abordada desde el prejuicio y la
ignorancia, incluso por los mismos autodenominados “fascistas”
que suelen usar frases cómo:
“Para
poder considerarte fascista debes haber leído 88 veces Mi Lucha y
escuchar 14 veces al día la canción de Erika”
Cuando la realidad es
que, el fascismo o el nacionalsocialismo, en realidad es una postura
absolutamente pragmática que busca respuestas cuando izquierda y
derecha no te dan las respuestas que buscas. Esto sin una doctrina
marcada.
Un ejemplo, es que los
socialistas dicen que los fascistas eran capitalistas, pues, durante
la Segunda Guerra Mundial, Alemania peleó férreamente con la URSS.
Este reduccionismo ignora uno de los pilares del fascismo alemán o
del Nacional-Socialismo: el anticapitalismo. Es justamente Hitler
quien propuso un sistema económico basado en la productividad y el
trabajo, pues Alemania después de la Primera Guerra Mundial no tenía
ningún tipo de capital ni respaldo como el oro.
Incluso se llega a creer
que, el fascismo es una ideología que odia por igual a judíos y
afrodescendientes. Cuando la realidad, es que el fascismo aboga por
una identidad nacional y la preservación de la misma, siempre y
cuando las naciones no se invadan (aunque luego los alemanes
invadieron la mitad de Europa… ¡ups!).
Así que, el fascismo no
tiene una doctrina ideológica, no más allá del respeto por la
identidad nacional, la preservación de la “raza” dentro del
territorio nacional y las buenas costumbres. Siempre con un culto a
la personalidad que inicia esta lucha o revolución, en casos cómo
Hitler, Franco, Perón o Mussolini.
Similaridades
Una vez entendiendo que,
mientras el socialismo tiene doctrinas en donde se define el
socialismo en sí, y que, por otra parte, el fascismo no tiene una
definición concreta de una doctrina oficial del fascismo; tenemos
que, como en todo hay ciertas similaridades.
Un ejemplo, cómo vimos
anteriormente, el fascismo y el socialismo dependen del culto a la
personalidad, especialmente a quien inició la revolución o la
transformación. Y sobre este culto intentan crear una continuidad.
Otro ejemplo, es que, en
ciertas medidas pueden tener similitudes, pues, el fascismo puede
considerar necesario suprimir ciertas libertades (parcial o
permanentemente) en nombre del bien común. Lo mismo el socialismo.
Y finalmente, se parecen
en que ambos sistemas buscaban una alternativa, en el caso del
socialismo para el obrero del mundo y en el caso del fascismo para el
obrero del país; para el sistema capitalista que se alzaba por la
época, en donde la banca se perfilaba a tener un gran poder sobre la
economía de las naciones.
Conclusión
Cómo todo en política,
las cosas suelen ser más complicadas de lo que pensamos y caer en
reduccionismos nos impide tener una visión clara sobre los problemas
que queremos resolver. Vamos, en el Siglo XX era complejo, teniendo
en cuenta que, en el Siglo XX las ideas y los productos estaban
pensadas en el promedio; la complejidad, ahora en el Siglo XXI donde
todo es producido casi a medida de cada persona, es aún más
compleja.
Por lo que, creo que
tenemos la responsabilidad quienes pretendemos comunicar sobre
ciencia política y economía, analizar un poco más los detalles, ya
que como dice el dicho: “El diablo, está en los detalles.”
Efraín Rentería.
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