¿
Existió algo semejante al comunismo en las comunidades cristianas?
La
creencia popular en nuestros días es considerar que las
formulaciones de izquierdas nacen a raíz del credo humanitario que
muchas religiones profesan.
En
particular, y por los registros escritos que la sustentan, las
comunidades cristianas y el culto judío suelen ser acusados de
contener el germen de la misma.
Si
bien es un error común el creer que los dos pactos del Dios bíblico
con la humanidad ( el primero solo era vinculante con los judíos, y
tenía un contenido muy diferente al segundo pacto) son iguales y
exigían lo mismo a quien se adhiriese a ellos, no deja de ser cierto
que existe un hilo conductor que nos permite contextualizar y
entender el mensaje que se nos da en cada uno de ellos. Un buen
ejemplo de un texto que ha sido sacado de contexto para intentar
legitimar una concepción intelectual que nada tiene que ver con ella
( en este caso, el comunismo) lo podemos encontrar en la cita de
Hechos de los Apóstoles, 4:32-35.
“
Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un
alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino
que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles
daban testimonio de la resurrección de Jesucristo, y abundante
gracia estaba sobre ellos. Así que no había entre ellos ningún
necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas las
vendían y los ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a
cada uno según su necesidad”.
No
menos citada es la referida a la segunda Carta a los Corintios ( del
apóstol Pablo) , 8: 13-15.
“
Porque no digo esto para que haya para otros desahogo, y para
vosotros carencia. Sino para que, en este tiempo, con igualdad,
vuestra abundancia supla la falta de ellos, para que también la
abundancia de ellos supla nuestra falta, porque haya igualdad, así
como está escrito: el que recogió mucho no tuvo de más, y el que
poco, no tuvo menos”
Ambos
textos parecen demoledores. Sin embargo, una lectura más amplia de
los mismos nos permite ver que no es lo que parece en un primer
momento...
Centrándonos en el texto de Hechos de los apóstoles
podemos observar, si retrocedemos hasta el versículo 23, que la
mención que se hará después se refiere a un número muy reducido
de personas, a las que se llama “ su gente” ( según algunos
autores, podrían tratarse de unos pocos miles. No obstante, y habida
cuenta de que el apóstol Pedro se dirige verbalmente a los presentes
y estos reciben el mensaje, es lógico inferir que el número no
podía ser exagerado). Y esa “ gente” había recibido un claro
mandato de abandonar sus labores mundanas ( recuerde que los
apóstoles abandonaron sus trabajos para seguir al Cristo) para
predicar las Buenas Nuevas del Reino. De hecho, esto se cita solo
unos pocos versículos antes de la cita mencionada, exactamente en
Hechos de los Apóstoles, 4:29-30.
“
Y ahora, Jehová, da atención a sus amenazas y concede a tus
esclavos que sigan hablando tu palabra con todo denuedo, mientras
extiendes Tú la mano para hacer curaciones y mientras ocurren
señales y portentos presagiosos mediante el nombre de tu santo
siervo, Jesús”.
Dos
cosas debemos subrayar de este texto: el anhelo de predicar la
palabra allá donde fuera ( lo que impediría trabajar al que se
dedicara a tal menester y que también fue defendido por el apóstol
Pablo) y que los apóstoles, por medio del Espíritu Santo, tenían
la capacidad de hacer milagros. Habida cuenta de ello, ¿ qué
sentido tiene el preocuparse por el dinero cuando eres capaz de
cualquier cosa? Recordemos que tanto Jesucristo como los apóstoles
levantaron muertos ( Pablo y Pedro resucitaron a Eutico y Dorcas
respectivamente) e hicieron milagros de todo tipo ( incluso
monetarios: recuerde la moneda que el pez contenía en su boca y
servía de pago para el impuesto, y que se menciona en el evangelio
según Mateo 17:27).
A la luz de la misma, pocas dudas pueden caber en que
poner las “ cosas en común” no era más que una muestra de buena
voluntad hacia Dios. Por lo tanto, el objetivo no era el de
satisfacer el ideal comunista que presupone que poner las cosas en
común como medio de enfrentarse a las desigualdades es justo.
Exactamente lo mismo sucede con el texto citado de la
segunda Carta a los Corintios ya citado, y en los que se habla de
igualdad. Si retrocedemos y leemos los capítulos anteriores y el
citado ( el 8) se puede observar que se estaba hablando de la fe y
del amor. No era, por lo tanto, la intención de Pablo mandar a los
cristianos a vivir en una igual situación de renta y riqueza.
Pero por si los mismo no fueran suficiente evidencia,
veamos como el autor de esta Carta defiende diferentes obligaciones
según se decida trabajar o divulgar las Buenas Nuevas del Reino.
Veamos las mismas.
“ ¿No saben ustedes que los hombres que
desempeñan los deberes sagrados comen las cosas del templo, y a los
que constantemente atienden al altar les toca una porción con el
altar? De esta manera,también, el Señor [Jesucristo] ordenó, para
los que proclaman las Buenas Nuevas, que vivan de las Buenas Nuevas.
Pero yo no me he valido ni de una de estas provisiones...”. I
Carta a los Corintios del apóstol Pablo. 9: 13-15.
Y en lo que respecta a la necesidad de trabajar para
aquellos que no se dedicaran a la predicación a tiempo completo, y
que se aplicó a sí mismo...
“ Ni comimos en balde el pan de nadie, sino que
trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a
ninguno de vosotros” . II Carta a los Tesalonicenses. 3:8.
Por lo tanto, no fue con ánimo de aplicar ningún tipo
de comunismo la venta de bienes para ponerlos a disposición de los
primeros cristianos, sino como provisión de recursos que permitiese
su avance. Además, el que algunos no trabajasen de manera manual
muestra que hicieron una división social del trabajo que está
totalmente alejada de esa misma idea.
De hecho, propia expresión de Pablo en este último
texto citado ( “ ni comimos en balde el pan de nadie”) ,
muestra que el pan era una propiedad privada, diferenciada de una
común. Este hecho, que ha sido refrendado por los historiadores de
la época ( en particular por Flavio Josefo y Tácito) muestran que
la propiedad privada era la regla y solo existía un estatus
distintivo a la hora del sustento respecto a aquellos que predicaban.
De otra parte, y como ha quedado claro, esto no sucedió
exclusivamente con los cristianos: los levitas ya se alimentaban con
las ofrendas que se hacia a Dios en el Templo, y a nadie se le ha
ocurrido afirmar que los judíos fueran comunistas.
Pero, ¿ por qué no? ¿ Qué evidencia tenemos de que
los judíos no fueran comunistas? Veamos la evidencia bíblica al
respecto.
1º. Alabanza al comerciante justo.
“
Indicador y balanza justos pertenecen a Jehová. Todas las pesas de
piedra de la bolsa son su obra”. Proverbios
16:11.
2º. Defensa de la propiedad privada.
“
Y Jehová dijo a Abrán después que Lot se hubo separado de él:
Alza los ojos, por favor, y mira desde el lugar donde estás, hacia
el norte y hacia el sur y hacia el este y el oeste, porque toda la
tierra que estás mirando, a ti y tu descendencia la voy a dar hasta
tiempo indefinido. Y ciertamente constituiré a tu descendencia como
las partículas de polvo de la tierra, de modo que, si un hombre
pudiera contar las partículas de polvo de la tierra, entonces podría
ser contada tu descendencia. Levántate, ve de un sitio a otro en la
tierra por su largo y por su ancho, porque a ti te la voy a dar”.
Génesis
13: 14-17.
“
Entonces le añadió: Yo soy Jehová, que te hizo salir de Ur de los
caldeos para darte esta tierra para que la tomes en posesión”
Génesis15:7;
En el mismo sentido, y para no ser reiterativos, se
manifiestan los textos de Génesis 17:8. Éxodo 6:8. Proverbios
31:16. Jeremías 32:6-15. Y dentro del Nuevo Testamento, Lucas
20:9-16. Mateo 5:5 o la famosa parábola del hijo pródigo en el
evangelio según Lucas 15: 11-32)
3º. El respeto a los gobernantes, contrario a la idea
revolucionaria marxista.
“
Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no
hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están
colocadas por Dios en sus posiciones relativas.
Por
lo tanto, el que se opone a la autoridad se ha opuesto al arreglo de
Dios; los que se han puesto en contra de este recibirán juicio para
sí”
Carta a los Romanos, 13:1-3.
En suma, y como resumen de lo expuesto, no podemos
aceptar como válidas las concepciones que vinculan cristianismo y/o
judaísmo con comunismo, entendiendo que ha sido una maniobra de
legitimación de las mismas ante las comunidades religiosas, pero sin
ningún rigor intelectual.
Eduardo José Ramírez Allo.
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