Ahora que ya hemos descrito con cierto lujo de detalles tanto la evidencia científica como la mejor teoría de la justicia que nos ofrece la filosofía política, ha llegado el momento de dar un paso más allá y enfrentar el sombrío futuro que nos espera si continuamos abrazando ideologías populistas y las soluciones mágicas que estas defienden. Ciertamente, lo que ha ocurrido en el pasado no tiene por qué repetirse en el futuro -de hecho, las diferencias cualitativas a las que nos enfrentamos en un futuro próximo nos invitan a pensar que las fórmulas pasadas del escape seguirán siendo útiles en buena parte del planeta, especialmente en los países más pobres-, la perspectiva de los países ricos es muy diferente, y existen justificados miedos de que retornemos a niveles importantes de pobreza de no adaptar las políticas públicas a los nuevos desafíos a los que nos enfrentamos. ¿Por qué existe ese temor en los países ricos? Como vimos en el tercero de los artículos de esta serie,